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en el verano, en el verano, en el verano. DÓLAR POR LIBRO ¡Aya Koda! Ella merece más reconocimiento. Usa las mismas palabras que nosotros, pero tiene algo muy especial. Buenas noches, Hirayama. ¿Lo de siempre? ¿Qué estás leyendo ahora? “Árbol”, de Aya Koda. ¿Sus ensayos? ¿Los has leído? Eres un intelectual. No, yo no diría eso. Toma. Tu ensalada de papa. Y salud después de un largo día. Oye, mamá, nosotros nunca recibimos ese aperitivo. Estoy segura de que sí. Y no siempre vemos tales porciones. Eso no es cierto. Todos somos iguales aquí, ¿verdad? Tienes que buscar la palabra “igualdad” en mi diccionario. A las damas no les gustan los hombres exigentes. ¿Siempre tuviste una arruga aquí? No, del otro lado. Allá. Oye, mamá, ¿tienes tofu frito? No, se nos terminó. Ve a buscarlo y yo te lo cocinaré. Su esposa lo dejó, ¿sabes? ¿Cómo puede seguir tan alegre? ¿Hablas de mí? No, no es nada. Ella dice que cómo puedes seguir actuando así, con tu esposa ausente. Es fácil, volví a mis días de soltería sin preocupaciones. Eso hace feliz a cualquier hombre. Me deshice de esa mujer molesta. ¡Qué alivio! Actúas como un tipo duro. Pronto estarás gimiendo con mamá sobre lo solo que estás. Qué charla tan aburrida. Otro trago te ayudará a superarlo. Toma. ¿Por qué las cosas no pueden permanecer igual? Mamá. Cántanos esa canción. Nuestra favorita. ¡Sí! Bueno, pero. Hirayama acaba de llegar. No nos defraudes. ¡Por favor! Aquí vamos. Vamos. Ya que sacaron su guitarra. Vamos. Es una buena canción. Terminé en un lugar en Nueva Orleans, un burdel llamado La Casa Del Sol Naciente. El hombre que amaba nunca volvió. Fue entonces cuando me fui a mi tierra. Tomé un tren y luego otro. ¡Y dos “shochu” de limón! ¡Oh, estás aquí, dame un segundo! ¡Por tu arduo trabajo! Tío. ¿Dónde estabas? Te tardaste una eternidad. ¿Cuál puerta es la tuya? ¿Arriba o abajo? ¿Niko? ¡Vaya, has crecido! Tío. ¿Vas al trabajo? ¿Puedo ir? Será mejor que me dejes ir. No sé qué haré si me dejas sola. Entra por el otro lado. ¿Quieres café? ¡Sí! ¿Igual que el mío? Sí. Gracias. ¿Quieres ponerlo? Sí. No, no. Así.

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